Cómo Revivir la Motivación Escolar en los Adolescentes: Consejos Prácticos para los Padres


A lo largo de la secundaria, ciertos jóvenes pierden las ganas, el interés, el interés preciso para estudiar. Los jóvenes en sus primeros años de adolescencia de forma frecuente se quejan de los instructores o de las tareas que deben llevar a cabo; abandonar una actividad que en algún momento gozaron; que dan muestras de estar desanimados o perdidos en la escuela ¿De qué manera animar a los jóvenes en el momento en que pierden interés en las ocupaciones dentro y fuera de la escuela? La sicóloga Carol Dweck define la motivación como «amor por estudiar, amor por los retos». La motivación, según el creador, es un aspecto primordial para saber el éxito en las tareas que efectuamos día a día.
I. Ciertos componentes que acostumbran a contribuir al bajo nivel de motivación en los jovenes son los próximos: Cambios biológicos. El comienzo de la pubertad y los cambios que se registran en el cuerpo tienden a ser un aspecto de ansiedad, preocupación, distracción. Ansiedad sensible. Hay otras intranquilidades similares con la carencia de seguridad física, como no ser integrante del conjunto «habitual» en la escuela. El ámbito escolar. Un joven puede perder la motivación al pasar de la escuela principal a la secundaria: puede sentirse perdido en la novedosa escuela o abrumado por la mayor proporción de trabajo escolar. Percepción de la capacidad. Conforme los jóvenes ingresan a la adolescencia, en ocasiones empiezan a opinar que el poder del cerebro es fijo. Equiparan sus habilidades con las del resto y se sienten disminuidas. En ocasiones piensan que si deben trabajar duro es por el hecho de que tienen menos capacidad. Esta visión con frecuencia da temor: ¿por qué razón esforzarse bastante si el ahínco no lo es aporta un beneficio para? Falta de ocasión. Ciertos jóvenes no tienen ocasiones de formar parte en ocupaciones extracurriculares que contengan su entusiasmo. Es esencial buscar en academias y centros comunitarios recomendaciones alcanzables de ocupaciones para los jóvenes. Baja atención. A ciertos profesores les resulta realmente difícil conseguir que los alumnos se concentren en un emprendimiento escolar en el momento en que están familiarizados a programas de televisión y otras muestras que son veloces, cortas y necesitan un bajo nivel de atención. Resulta que los jovenes precisan estudiar, y conocer, que el éxito en la escuela necesita tiempo y esfuerzo. Hay varias cosas que compiten por la atención de los jóvenes que de manera frecuente aguardan que la escuela y sus ocupaciones sean siempre y en todo momento apasionantes.
FUNDAMENTO TEÓRICO
El inconveniente que supone el desinterés de los estudiantes por la escuela no debe comprenderse solo en sí, sino debe analizarse, más que nada, en el dimensión de las probables secuelas. , introduciendo bajo desempeño, enfrentamientos entre personas en el sala y otros ámbitos institucionales, y altas tasas de fracaso, avance parcial y deserción. En el momento en que uno mira solo con indiferencia, tiende a buscar al culpable o la compromiso, en ocasiones a los propios estudiantes, en ocasiones a los instructores y sus métodos de enseñanza, en ocasiones al ambiente escolar en su grupo.
Entender a los alumnos es una de las maneras prometedoras de comprender el inconveniente del desinterés. Escucharlos nos deja detectar puntos que justifican la indiferencia, tal como opciones y críticas que asistirán a progresar la activa didáctica para motivar a los alumnos. Por consiguiente, en esta una parte de la fundamentación teorética, procuramos debatir el tema desde un alzamiento bibliográfico, en el que fueron escogidos autores, libros, productos y también indagaciones sobre el tema.
De qué manera animar a un joven que no desea estudiar
Varios progenitores y mamás tienen un enorme inconveniente en el momento en que su hijo o hija llega a la adolescencia, que eligen habitualmente. realizando múltiples otras ocupaciones para estudiar, como resulta lógico a su edad. Y los progenitores están preocupados por ello, puesto que suponen que el futuro académico de sus hijos podría estar en riesgo. En estas situaciones, que son muy recurrentes, los familiares procuran maneras de animar a un joven que no desea estudiar, con la promesa de hallar una forma de contribuir a su joven a concentrarse en sus estudios.
Antes de nada, antes que ingreses en pavor, tienes que pararte a meditar si es un fácil pase o si es más habitual. Por poner un ejemplo, en el momento en que pasan de la escuela a la institución se necesita de cada joven un periodo de adaptación al nuevo ritmo de estudio, o por servirnos de un ejemplo en el momento en que cambian de período y en el momento en que el nivel de exigencia es mayor. Hay que proporcionarles margen y tiempo a fin de que se amolden. En estas situaciones tenemos la posibilidad de corroborar que una reducción en el desempeño sería común.
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Deseos y pretensiones que determinan la motivación escolar
Como exhibe Jesús Alonso Tapia, hay siete géneros de deseos o pretensiones que determinan la actitud de los estudiantes frente a las tareas institucionales:
- El deseo de estar a cargo y sentirse competente. El alumno valora la adquisición de capacidades y entendimientos, con lo que goza haciendo ocupaciones y ejercicios que le dejen estudiar.
- Deseo estudiar algo útil. El alumno siente que le incentiva el hecho de conseguir información que le puede ser útil para:
- Realizar otras tareas educativas.
- Ocupaciones y tareas de la vida día tras día.
- Algo de carrera más adelante.
- Deseo de recibir recompensas o incentivos externos. El estudiante exhibe interés por estudiar y trata de conseguir excelente resultados para conseguir recompensas sociales o materiales.
- Necesito sacar buenas notas. El estudiante no estudia para estudiar, sino más bien para aprobar o conseguir un increíble expediente académico. Esto incentiva la educación repetitivo y de memoria.
- Necesidad de preservar la autovaloración. El estudiante se esmera por tener un óptimo desempeño escolar y, por consiguiente, por sostener una aceptable autovaloración personal, puesto que el autoconcepto académico en la adolescencia está relacionado al avance de la autovaloración.
- Necesidad de independencia y control sobre nuestro accionar. El alumno desea cuidarse, con lo que exhibe mucho más motivación hacia ocupaciones que le den alguna independencia y manifiesta su rechazo a aquellas tareas que considera impuestas y también inflexibles.
- Necesidad de aceptación por la parte de instructores y compañeros. El estudiante exhibe interés por la escuela a fin de que se sienta recibido y respetado por el conjunto de compañeros y los instructores. En verdad, caso de que alguno de estos conjuntos le parezca irrespetuoso, el alumno expresa su rechazo a todo lo relacionado con la escuela.
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